sábado, 5 de marzo de 2011

MIGUEL SERVET Y LA CIRCULACIÓN DE LA SANGRE

MIGUEL SERVET Y LA CIRCULACIÓN DE LA SANGRE.

Nociones previas.
El corazón es el órgano encargado de impulsar la sangre a través de todo el organismo. Las células consumen oxígeno y producen dióxido de carbono durante su proceso respiratorio. La sangre que abandona los tejidos posee una concentración menor de oxígeno y una mayor de dióxido de carbono que la sangre procedente del corazón y que se dirige a los tejidos.
La sangre con baja concentración de oxígeno y altas de carbono recibe el nombre de sangre venosa o no oxigenada. Esta sangre es transportada por las venas al corazón derecho y pasa a los pulmones, donde se enriquece de oxígeno y se desprende del dióxido de carbono. Esta sangre, que posee de nuevo altas concentraciones de oxígeno y poco dióxido de carbono se denomina sangre arterial u oxigenada.
Después de pasar por los pulmones, vuelve al corazón izquierdo, que la envía a los tejidos del organismo para que ceda a las células el oxígeno que lleva consigo y tome el dióxido de carbono que aquéllas producen.
´ La sangre retorna al corazón por tres grandes venas y varias otras más pequeñas. Todas estas venas desembocan en la aurícula derecha. A continuación, la sangre pasa al ventrículo derecho y se dirige a los pulmones por la arteria pulmonar, donde se oxigena convenientemente (toma oxígeno y cede dióxido de carbono). Una vez oxigenada, pasa a la aurícula izquierda, siguiendo el trayecto de las cuatro venas pulmonares, dos para cada pulmón. De la aurícula izquierda pasa al ventrículo izquierdo, que la bombea a su vez hacia la aorta. Esta la conduce hasta los diversos tejidos del organismo donde cede oxígeno a la población celular y se lleva el CO2 que ésta produce.
Vemos, pues, dos circulaciones: la pulmonar o menor, y la sistémica o mayor. Miguel Servet trató la primera.

Antecedentes.
El médico griego Claudio Galeno, del siglo II d.C., enseñaba que la sangre llegaba a la parte derecha del corazón, atravesaba el septo cardíaco a través de poros invisibles, para acabar en la parte izquierda, donde finalmente se mezclaba con el aire y se creaba el espíritu vital, que ulteriormente se distribuía por todo el cuerpo. Según Galeno, el sistema venoso se separaba del sistema arterial excepto en los poros invisibles localizados en el tabique que divide al corazón en dos mitades (derecha e izquierda).
Esta teoría era la que se expuso en todas las escuelas de Medicina, hasta el siglo XVI.
Sin embargo, el médico sirio Ibn al-Nafis o Ibn Nafis, nacido en Damasco (1210/1213), donde ejerció la medicina en un hospital, hasta que en 1236 emigró a Egipto para ejercer como médico jefe en dos hospitales, además de médico real y murió en 1288, escribió un Comentario de la Anatomía de Avicena (filósofo y médico) donde corrige a Galeno y expone la circulación pulmonar de la sangre.
"... la sangre de la cámara derecha del corazón debe llegar a la cámara izquierda pero no hay una vía directa entre ambas. El grueso septo cardíaco no está perforado y no tiene poros visibles, como alguna gente piensa ni invisibles como pensaba Galeno. La sangre de la cámara derecha fluye a través de la vena arteriosa [arteria pulmonar] hasta los pulmones, donde se distribuye a través de su parénquima, se mezcla con el aire, pasa a la arteria venosa [vena pulmonar] y alcanza la cámara izquierda del corazón y allí forma el espíritu vital..."
"El corazón sólo tiene dos ventrículos... y entre éstos no hay absolutamente ninguna abertura. La disección demuestra la falsedad de lo que dijeron, ya que el septo entre estas dos cavidades es de hecho más grueso en esta parte que en ninguna otra. La función de esta sangre (que está en la cavidad derecha) es ascender a los pulmones, mezclarse con el aire de los pulmones, y después pasar a la cavidad izquierda a través de la arteria venosa..."
Los pulmones se componen de partes, una de las cuales son los bronquios; la segunda, las ramas de la arteria venosa; y la tercera, las ramas de la vena arteriosa, estando todas ellas conectadas por un parénquima laxo y poroso". "... los pulmones necesitan la vena arteriosa por el transporte que ésta realiza de la sangre que ha sido diluida y calentada en el corazón, así que lo que rezuma a través de los poros de las ramas de este vaso en los alvéolos de los pulmones se mezclaría con lo que hay en ellos de aire y se combinarían con él, dando como resultado algo parecido al espíritu vital, cuando esta mezcla tiene lugar en la cavidad izquierda del corazón. La arteria venosa transporta esta mezcla a la cavidad izquierda." Ibn Nafis postuló que el oxígeno y los nutrientes para el corazón se extraían de las arterias coronarias:
"...de nuevo su (de Avicena) argumento de que la sangre que está en la parte derecha es para nutrir el corazón no es del todo cierta, ya que el corazón se nutre a partir de la sangre que pasa por los vasos que penetran el cuerpo del corazón..."
Este libro era conocido de Servet y de su contemporáneo Realdo Colombo; ya que Avicena hacía varios siglos que, traducido al latín, era conocido en todas las universidades europeas.

Miguel Servet (1511-1553), nace en Villanueva de Sijena (Huesca), hijo de Antonio Serveto, noble infanzón y notario del Monasterio de Sijena y de Catalina Conesa, que por línea materna descendía de la familia judeoconversa de los Zaporta. Por lo que su nombre real es Miguel Servetus Conesa.
Estudia en el Monasterio de Montearagón. Con 13 años domina latín, griego y hebreo. Se forma en Toulouse (Francia), recorre Italia, Alemania, Francia y acaba en Ginebra (Suiza); donde es quemado vivo por hereje a instancias del protestante Calvino[1].
Publica varias obras importantes[2], pero ha pasado a la posteridad por el hecho de ser el descubridor de la circulación menor o pulmonar de la sangre. Y no en una obra de medicina, sino en el libro V de su Christianismi Restitutio (Restitución del Cristianismo). Pensaba que el alma era una emanación de la Divinidad y que tenía como sede a la sangre. Gracias a ella, el alma podía estar diseminada por todo el cuerpo, pudiendo asumir así el hombre su condición divina. Lo relata de este modo[3].
El corazón es el principal órgano viviente, la fuente de calor que se halla en medio del cuerpo. Sobre este tema debe primero entenderse la importante creación del espíritu vital, compuesto de una sangre ligera alimentada por el aire inspirado. El espíritu vital tiene su propio origen en el ventrículo izquierdo del corazón, y los pulmones tienen un papel importante en su desarrollo. Se trata de un espíritu enrarecido, producido por la fuerza del calor, de color amarillo rojizo (flavo) y de potencia igual a la del fuego. De manera que es una especie de vapor de sangre muy pura que contiene en sí mismo las sustancias del agua, aire y fuego. Se genera en los pulmones a partir de una mezcla de aire inspirado con la sangre elaborada y ligera que el ventrículo derecho del corazón comunica con el izquierdo. Sin embargo, esta comunicación no se realiza a través de la pared central del corazón, como comúnmente se cree, sino que, a través de un sistema muy ingenioso, la sangre fluye durante un largo recorrido a través de los pulmones. Elaborada por los pulmones, adquiere el tono amarillo rojizo y se vierte desde la arteria pulmonar hasta la vena pulmonar. Entonces, una vez en la vena pulmonar, se mezcla con aire inspirado y a través de la expiración se libera de sus impurezas. Así, completamente mezclada y preparada correctamente para la producción del espíritu vital, es impulsada desde el ventrículo izquierdo del corazón por medio de la diástole.Sabemos que esta comunicación se establece así a través de los pulmones por las distintas combinaciones y la conexión de la arteria pulmonar con la vena pulmonar en la cavidad pulmonar. De igual modo, se envía aire mezclado con sangre, no simplemente aire, desde los pulmones hasta el corazón a través de la vena pulmonar, por lo que la mezcla se produce en los pulmones. Esta sangre espirituosa se torna de color amarillo rojizo en los pulmones, no en el corazón.
Al igual que en el hígado se produce una transfusión de sangre de la vena aorta a la vena cava, en el pulmón se realiza una transfusión de sangre del espíritu de la arteria pulmonar a la vena pulmonar.
De esta forma, el espíritu vital es inyectado del ventrículo izquierdo del corazón a las arterias de todo el cuerpo”

Realdo Colombo (1516-1559), nació en Cremona, fue profesor de anatomía en la Universidad de Padua, después en las de Pisa y la Sapienza de Roma; además de cirujano del Papa Julio III. En 1559, es decir seis años después de la Christianorum Restitutio de Miguel Servet, escribió De re anatomica (sobre anatomía), donde expone una descripción completa de la circulación pulmonar; o sea, del paso de la sangre entre el corazón y los pulmones, así como los dos movimientos del corazón (diástole y sístole).

William Harvey (1578-1657) médico inglés, nacido en Kent y doctorado en la Universidad italiana de Padua, considerada entonces la mejor escuela de medicina de Europa, tuvo como profesor a Realdo Colombo y conoció las obras de Andrés Cesalpino y de Fabricio. Y, según parece, fue allí donde tuvo la intuición de la circulación mayor de la sangre. Sus estudios se basaban en la disección de animales, cuya técnica había aprendido en Padua de la mano del profesor Fabricio.
Para 1615 ya es maestro en propiedad del Colegio Real y ya habla de su teoría de la circulación sanguínea, aunque no publicaría su "Exercitatio Anatomica de Motu Cordis et Sanguinis in Animalibus" (Ejercicio anatómico sobre el movimiento del corazón y la sangre en los animales ) hasta 1628.
Harvey reconocía la naturaleza muscular del corazón y observó con cuidado la índole y origen de sus contracciones. Contando el número de pulsaciones por minuto en una arteria, se determinaría la rapidez con que latía el corazón. Luego la atención de Harvey se centraría en la trayectoria que seguiría la sangre al pasar por las cuatro cavidades del corazón y por los vasos sanguíneos. Descubrió que la estructura y la disposición de las válvulas solo permitían que la sangre fluyera en un sentido.La sangre del ventrículo derecho pasaba a los pulmones por las arterias pulmonares y volvía a la aurícula izquierda por las venas pulmonares. De allí pasaba al ventrículo izquierdo desde el cual era impulsada por la aorta y sus arterias hasta las extremidades del cuerpo. Se completaba el ciclo cuando la sangre volvía por la vena cava a la aurícula derecha y luego al ventrículo derecho del corazón para comenzar de nuevo. Luego, supuso Harvey, el latido del corazón provoca el continuo movimiento de la sangre[4].
El Senense.
[1] Biografía detallada en Internet.
[2] De Trinitatis erroribus (Errores sobre la Trinidad), con 20 años. Dialogorum de Trinitate (Diálogos acerca de la Trinidad), con 21 años; Syroporu, con 25 años; Astrología, con 27 años; publica la versión española de la Summa Theologia de Sto. Tomás de Aquino, con 29 años; Biblia de Santes Pagnini, y otra Bibjlia, versión Servet, con 31 años; Christianismi Restitutio, acabada a sus 34 años, es publicada como anónimo a los 40 años. A los 42 años es condenado a muerte en Ginebra, por hereje, por instigación del protestante Calvino.
[3] Se suprimen, para evitar aburrimiento, muchos de sus razonamientos teológicos que en esencia no modifican su teoría.
· [4] Si interesara toda la explicación que da Harvey para probar su descubrimiento: la circulación mayor de la sangre, se puede hallar en Internet.

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